jueves, 16 de junio de 2011















La reflexión sobre lo efímero: La costura de lo invisible, de Jum Nakao

Por Claudia Serrot

A la usanza de los mandalas tibetanos construidos minuciosamente en arena para ser luego deshechos en segundos, el diseñador y artista brasilero de ascendencia japonesa Jum Nakao sorprendió al mundo de la moda en el año 2004 con su muestra A costura do invisível, donde quince modelos desfilaron ropa hecha enteramente de papel que luego fue destruida al final del desfile ante la mirada atónita de los presentes.

Para Nakao, la idea del papel y su metáfora, nace del material como “lugar de esbozo, de anotaciones y como parte insustituible del proceso creativo. Materialidad frágil, transitoria, y sensible al paso del tiempo. Una obra blanca, inacabada, vacía, apta para ser impregnada de significados, de poesía, de levedad necesaria para que una creación fluya”.

Se necesitaron 700 horas, cuarenta colaboradores y media tonelada de papel para dar forma a los vestidos, que fueron mantenidos en secreto durante su elaboración. Los mismos, cortados a láser y con mucho de origami, reflejan una de las inquietudes del diseñador: la conciliación artesanía/tecnología. Los conjuntos, que estaban acompañados por pelucas plásticas al estilo Playmobil, terminaron desgarrados por las mismas modelos y rotos en pedazos.

El desfile, que fue considerado el más influyente de toda la década, tuvo la virtud de disparar al centro del fenómeno de la moda: su carácter efímero, su temporalidad, su obsolescencia. Así como los mandalas, que muestran la impermanencia de las cosas, el show de Nakao nos invita a una reflexión sobre la moda y su carácter efímero: el vestido nace para morir, o dicho de otra forma: muere para reinventarse, permanentemente.

Más información, en http://www.jumnakao.com.br/cstrdnvsvl.html



sábado, 11 de junio de 2011

En la atmósfera enrarecida de la fotografía de moda, las fotos no-convencionales de Richard Burbridge son un soplo de aire fresco. Nacido en Inglaterra, Burbridge –quien colabora con la biblia del diseño i-D-, ha realizado colaboraciones para Harper's Bazaar, W y la francesa Vogue.

Burbridge es también conocido por realizar asombrosos retratos a celebridades como Sean Penn, Iggy Pop, así como diseñadores como Alexander McQueen, Vivienne Westwood y Jeremy Scott.




Richard Burbridge – Lavraison, 2008

lunes, 30 de mayo de 2011

La moda que incomoda

Por Claudia Serrot

CUANDO en abril de 2007 aparecía un artículo en el newsletter del INTI bajo el título “La esclavitud no es fashion” quedaba claro que se reflexionaba sobre una de las aristas menos glamorosas del mundo de la moda. El artículo hacía referencia al incendio que se había originado en el año 2006 en un taller de costura clandestino y que costó la vida de dos costureros y cuatro niños, todos de origen boliviano.

Esta introducción nos sirve para comprender que el mundo de la moda va mucho más allá de las pasarelas e incluye una serie de organizaciones interconectadas (escuelas, diseñadores, agricultores, modelos, fotógrafos, costureros, editores, minoristas, mayoristas, consumidores) en la cadena de producción, distribución y consumo de ropa; y también nos ayuda a entender de qué modo esta industria ha provocado y sigue provocando desórdenes sociales y ambientales muy serios.

La industria de la indumentaria es una de las más lucrativas del mundo. Sólo en el año 2000 los consumidores gastaron alrededor de un trillón de dólares en ropa, de los cuales un tercio del consumo fue para Europa occidental, otro tercio para EEUU y un cuarto para Asia.

En los procesos de manufactura de algunas materias primas, la industria de la moda utiliza enormes volúmenes de agua y pesticidas. El cultivo del algodón, por ejemplo, alcanza al 22% de los insecticidas y al 10% de los pesticidas utilizados en los otros cultivos en todo el mundo. Asimismo, los deshechos originados por la industria son también enormes: en el Reino Unido se arrojan a la basura alrededor de un millón de toneladas de textiles al año.

HACE algunos años, con el nacimiento de los primeros movimientos ecologistas, comenzaba a vislumbrarse una nueva conciencia crítica hacia el consumo desmedido. La humanidad debía comenzar a pensar en términos de desarrollo sustentable, satisfaciendo sus necesidades sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Este concepto de sustentabilidad fue cambiando con los años, promoviendo una nueva economía de valores donde también tenían cabida las creencias, los sentimientos y los saberes de los distintos grupos sociales. Estaba claro que no se trataba sólo del equilibrio entre el desarrollo humano y la vida de los ecosistemas, sino de buscar la igualdad entre los individuos.

Actualmente y en el ámbito de la moda en particular, tanto diseñadores como organizaciones no gubernamentales, fabricantes, colectivos, artistas y consumidores, comienzan a hablar en términos de prácticas sustentables, valoración del comercio justo (fair trade), trazabilidad del producto, materiales ecológicos y moda ética, entre otros.

Earth Pledge, organismo promotor del desarrollo sustentable, presenta desde el año 2005 su espectáculo Future Fashion en la Semana de la Moda en Nueva York. En enero de este año convocó a marcas de la talla de YSL, Versace, Donna Karan, Calvin Klein y Stella McCartney, entre otras. La organización alienta el uso por parte de los diseñadores de materiales no tradicionales como fibras de bambú, de piña, de algodón orgánico, de sasawashi (fibra que se elabora a partir de hierbas y papel, con propiedades antialérgicas y antibacteriales), así como de biopolímeros hechos de soja y maíz.

Al principio, fueron los outsiders de la moda quienes dieron los primeros pasos en este sentido. Hoy, grandes marcas como Adidas, Levi´s o Nike ofrecen a los consumidores moda “verde”. Levi´s lanzó sus versiones Bio y Levi´s Eco, una colección fabricada con tejidos orgánicos, avíos de coco y metal con mínimo tratamiento.

CON el cambio de paradigma de una sociedad industrial hacia otra más centrada en la calidad de vida del planeta y de los individuos, van surgiendo organizaciones comprometidas no sólo con aspectos ambientales sino también sociales. Dentro de las más importantes se encuentra el EFF (Ethical Fashion Forum), una red global de diseñadores, empresarios y organizaciones enfocada en el tema de la sustentabilidad en la industria de la moda. Para el EFF, la moda ética significa un acercamiento al diseño, los recursos y la manufactura de la ropa, en un proceso que debiera ser social y ambientalmente sostenible. El EFF trabaja actualmente con diseñadores de moda, compañías e industrias textiles a los fines de promover e implementar prácticas sustentables a lo largo de toda la cadena industrial.

TODAVIA hay mucho camino por recorrer. Por un lado, la manufactura textil se realiza en los países más pobres, lo que alienta a condiciones de explotación propias de países del tercer mundo. Por otro, debido a la naturaleza compleja de la cadena productiva de la moda, donde cada parte del proceso y de la producción a menudo vienen de diferentes países, no hay todavía un mercado ético reconocido. Y por último, los precios siguen siendo elevados para este tipo de productos ecológicos, con el agravante que en los países en vías de desarrollo la obtención de esta materia prima es casi imposible.

El desafío está planteado, y es enorme. La industria textil, quien fuera la gran protagonista de la Revolución Industrial, deberá enfrentarse ahora a una nueva revolución. Deberá actuar según nuevos parámetros ecológicos y éticos para adecuarse a un mundo que pide a gritos un cambio de conciencia global.

www.ethicalfashionforum.com

viernes, 21 de agosto de 2009


comunidad moda es un espacio de reflexión
sobre los distintos aspectos del diseño de indumentaria